Tuesday, September 6, 2011

El cordón del zapato.


una mujer, una rueda
pinchada, una enfermedad, un
deseo; temores ante ti,
temores que puedes estudiar
como las piezas de un
tablero de ajedrez…
no son las cosas importantes las que
llevan a un hombre al
manicomio. está preparado para la muerte o para
el asesinato, el incesto, el robo, el incendio,
la inundación.
no, es la serie continua de pequeñas tragedias
lo que lleva a un hombre al
manicomio…
no es la muerte de su amor
sino el cordón del zapato que se rompe
cuando tiene prisa.
el horror de la vida.
es ese enjambre de trivialidades
lo que puede matar más deprisa que el cáncer
y siempre están ahí:
la matrícula del coche o los impuestos
o el permiso de conducir caducado
o los contratos o los despidos
hacerlo tú o que te lo hagan o
el estreñimiento
o las multas por exceso de velocidad,
polillas o grillos o ratitas o termitas o
cucarachas o moscas y
la tela metálica que se ha roto,
o pasarse
o no llegar,
la pila atascada o la casera borracha
al presidente no le importa y el gobernador está
loco.
el interruptor de la luz roto, el colchón como
un puerco espín,
105 dólares por la puesta a punto, el carburador y la bomba de
la gasolina en Sears Roebuck,
y el recibo del teléfono que sube y la Bolsa
que baja
y la cadena del retrete que se ha
roto
y la instalación de la luz que se ha quemado,
la luz de la entrada, la luz del frente, la luz de atrás,
la luz del interior; está más
oscuro que el infierno y
es el doble de caro.
y, además, siempre hay ladillas y uñas que se encarnan
y gente que insiste en que son
amigos tuyos;
siempre hay eso y cosas peores:
grifos que gotean, Cristo y la Navidad,
el salami azul, 9 días de lluvia,
50 centavos de aguacates
y embutido de hígado
morado.

o montárselo
de camarera en Norm’s con turno partido,
o de vaciador de
orinales,
o de lavacoches o de pinche cocina
o de ladrón de bolsos de ancianas
que las deja gritando en la acera
con un brazo roto a la edad de
80 años.

de pronto
2 luces rojas en tu espejo retrovisor
y sangre en
la ropa interior;
dolor de muelas y 979 dólares por un puente
o 300 dólares por una muela
de oro,
y China y Rusia y Estado Unidos y
pelo largo y pelo corto y nada de
pelo y barba y sin rostro
y muchos papeles de liar pero ninguna
hierba excepto tal vez la del jardín.

con cada cordón de zapato que se rompe
de entre cien cordones de zapato que se rompen,
un hombre o una mujer o una
cosa
va a parar al
manicomio.

así que ten cuidado
al agacharte.
Bukowski, C. (1993). Peleando a la contra. Barcelona: Editorial Anagrama S.A., 320-322


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