Thursday, April 5, 2012

SEMANA SANTA


Aprovechando éstos días de recogimiento, reflexión y que algunos  todavía dedican a rezar y asistir a los actos católicos propios de  la semana santa, pensé en la importancia o no de la semana santa en mi vida. Totalmente egoísta y sin el más mínimo interés de hacer de esto un manual, solo aprovecho para decirles lo que pienso de la semana santa.
Más allá del discurso, por demás gastado, de rechazar a la iglesia por todo lo que ha hecho, hoy llegué a una conclusión. La religión tal como el amor, es una cosa de creer y no hay mejor palabra para eso que la fe. Por eso, por más que el mundo entero se pare de cabezas para hacerme creer que la semana santa es algo OBLIGATORIO en la vida, para mí no. Y repito, solo por ésta vez, trataré de obviar todo lo que pienso de la iglesia como estructura. En simples palabras, puede venir el papa mismo y con toda la cordialidad del mundo le diré: YO NO CREO. Y no es no creer en Dios, pues sería un tonto al negar que creo en Dios, pero por mucho que trate, mi razón no me deja concebir como una semana de “santidad”, borra toda una vida de maldad. Además de las mil contradicciones, encuentro en el discurso de la iglesia mil contradicciones.
Para mí la semana santa se debe aprovechar para descansar, para repensar que se puede estar haciendo mal y tratar de hacer mejor las cosas. Es la oportunidad perfecta para encontrar esos espacios familiares tan perdidos o en algunos casos, inexistentes. Pero si para eso hay que estar metido en una iglesia, mejor paso. Yo puedo estar en familia en una finca, en la casa, o hasta en la misma iglesia, cuando no existe ese trasfondo que se le quiere dar siempre, de vida o muerte. Para existencialismos yo también tuve 15 años.
Mi consejo es simple, la semana santa, es SU semana santa. Aprovéchela como mejor le parezca, comparta con quien quiera compartir y si usted es de ir a la iglesia, visitar santos, hacer procesiones, rezar rosarios, pues hágalo, pero por respeto a usted y a los otros, hágalo cuando en verdad esté convencido de esto. Que no se vuelva una cosa de presión, o peor aún de aparentar.
Por el contrario, si usted no se siente cómodo, si se siente mentiroso sentado en una iglesia, siguiendo santos o rezando rosarios, pues no lo haga. Haga su propia semana santa, estudie, lea, váyase de viaje. Siempre he creído que lo peor que le puede pasar a cada uno como individuo es engañarse a uno mismo.
Entiendo también que algunas veces cuando vivimos en familia, como yo, hay cosas que así no nos gusten debemos aceptar y hasta cierto punto compartir. Por eso me parece estúpido aquel que juzga al católico porque lo es, incluso más estúpido que el mismo católico que no es capaz de tolerar al otro en la diferencia. No hablar mal del otro por lo que es o cree es la primera manera de respetarse a uno mismo.
Hay les dejo pues la inquietud, yo por mi lado, seguiré tratando de entender este abanico de pensamientos que me rodean, haber si algún día no hay tanto problema cuando diga, que en la semana santa, quiero descansar.